JUAN PABLO VISCARDO Y GUZMÁN EN EL CONVENTO DE SANTA CATALINA

Juan Pablo Viscardo Y Guzmán En El Convento De Santa Catalina
Óleo sobre tela 184 x 122 cm. Siglo XVIII

La pintura representa a San Bernardo, el abad de Claraval con un donante. Pertenece a la escuela cusqueña de la segunda mitad del siglo XVIII y cabe atribuirlo al círculo de Marcos Zapata.

En el siglo XII, San Bernardo emprendió la renovación de la ascética benedictina, convirtiéndose en el prototipo de los místicos medievales. En su comunidad cisterciense de Clairvaux sustituyó el hábito negro por el blanco. Declaró ‘Mi filosofía es conocer a Jesús y a Jesús crucificado’, de ahí la cruz y los símbolos de la pasión.

La representación de las cuatro mitras sobre la mesa sugieren la fuerza conjunta de los aportes a la iglesia de los grandes fundadores de la escolástica y ascética medievales: San Bernardo de Claraval, San Buenaventura, Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno.

Delante y a la derecha del santo, el joven de rodillas con las manos en oración, vistiendo el uniforme del Real Colegio de San Bernardo, parece ser Juan Pablo Viscardo y Guzmán -o su hermano José Anselmo – el primer abanderado de la independencia continental y acaso el espíritu más lúcido de Hispanoamérica en el siglo XVIII.

Los hechos que nos conducen a identificar en el donante la figura de Juan Pablo Viscardo y Guzmán son que sus hermanas Bernardina y Narcisa tomaron los hábitos en el Convento de Santa Catalina, convirtiéndose en sor Bernardina de Santa Gertrudis y en sor Narcisa de Nuestra Señora del Pilar. Juan Pablo y su hermano José Anselmo fueron enviados al Cusco al colegio jesuita de San Bernardo donde hicieron sus primeros votos alrededor de la edad reglamentaria de catorce años. Su formación prosiguió en el colegio máximo de la Transfiguración, cuando los miembros de la Compañía de Jesús sufrieron, en 1767, destierro perpetuo.

El colegio cusqueño prohibía la correspondencia entre los miembros de la familia, el aspirante jesuita renunciaba a sus parientes. Las hermanas monjas vivían igualmente aisladas en Arequipa.

Cuando los hermanos estaban estudiando en el Cusco, el pintor Marcos Zapata estaba trabajando allí, en el templo de la Transfiguración. La pintura cusqueña sugirió entonces una ingeniosa solución para comunicar a sus hermanas la cercanía espiritual que compartían. La hagiografía era el fuerte de las catalinas, quienes no precisaban de explicaciones para leer una biografía entera en un lienzo. Además en la familia Viscardo el nombre Bernardo era casi totémico, posar como donante al pie de San Bernardo fue como participar en un retrato de familia.

Este es un buen ejemplo de la inapreciable fuente histórica que resulta la pintura virreinal

Resumen del texto de Patricio Ricketts Rey de Castro
Juan Pablo Viscardo y Guzmán retratado en un lienzo de Santa Catalina.
Pueblos, provincias y regiones en la historia del Perú. Lima. Academia Nacional de Historia.