LOS EMBLEMAS DE AMOR DIVINO EN EL MONASTERIO DE SANTA CATALINA

En el Claustro de Los Naranjos del Monasterio de Santa Catalina se puede apreciar la serie “Emblemas de Amor Divino” que despierta la curiosidad del espectador al no ser un tema fácilmente descifrable. Los emblemas fueron un motivo poco utilizado en el virreinato porque su interpretación requería de meditación y un conocimiento previo, por lo tanto, iban dirigidos más a los conventos que hacia el público en general.

El arte en el barroco español fue casi exclusivamente religioso y los emblemas surgieron como una respuesta de la Iglesia Católica a raíz de los ataques de la Reforma Protestante, encabezada por Lutero en 1521.

Los emblemas constituyen un tipo de literatura visual que utiliza símbolos, alegorías y figuras al pie de las cuales se escribe el mensaje moral que se quiera transmitir. A la imagen acompaña un mote o lema que suele ser un verso o pasaje de las sagradas escrituras, y el epigrama que complementa el conjunto, es una explicación de la escena en lenguaje coloquial. Son obras visuales que encierran un mensaje cifrado, utilizadas con el propósito de persuadir.

Durante los siglos XVI y XVII se desarrolló la cultura simbólica donde se pretendía hablar al espectador de una manera distinta a como se había hecho hasta entonces, y es aquí donde el hecho de unir la palabra con la imagen se revela como un método persuasivo muy eficaz.

El objetivo de la serie de Emblemas de Amor Divino en el Monasterio de Santa Catalina fue recordar a las monjas que el propósito de la vida conventual es conseguir la perfección del alma.

Isabel Olivares